lunes, 25 de mayo de 2009

ensayo ética

“Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”
-Salvador Allende
En la sociedad actual encontramos muchas problemáticas que nos afectan directamente hasta en nuestra dignidad humana. Tales como el racismo, la discriminación, las condiciones de pobreza en las que se vive, la ineficiencia de nuestros sistemas económicos que nos llevan a vivir situaciones de explotación y salarios insuficientes para un nivel de vida digno. Los atropellos a los derechos ciudadanos, la mala calidad de los sistemas educativos y de los servicios en el sector salud. El maltrato y la explotación infantil. La corrupción en los procesos democráticos y los políticos mediocres que no representan los intereses del pueblo y ven solamente por los propios.
Existen muchos otros problemas de éste tipo, pero lo que no existe son opiniones ni reacciones ante éstos sucesos que se presentan hoy en día. Desde el punto de vista histórico, la juventud siempre ha tomado el papel revolucionario, el de luchar contra todo lo que va contra nuestros intereses. Pero hoy en día se vive una realidad de opresión voluntaria, y de comodidad en donde la apatía predomina y no existe el sentimiento de inconformidad ante las situaciones de injusticia.
La juventud ha tomado poco a poco el papel del consumidor del imperio, próximo a convertirse en parte del problema antes que de la solución. Ha elegido inconscientemente el ser inactivo e inoperante ante las cuestiones sociales.
Pero, ¿Qué explica ésta; como diría Salvador Allende, contradicción hasta biológica? ¿Qué ha motivado ésta indiferencia egoísta hacia la situación actual?
En los movimientos revolucionarios juveniles de las décadas pasadas en Latinoamérica, no se luchaba precisamente por defender los intereses de su generación, sino más bien por lograr un cambio en las estructuras, o por modificar el sistema existente.
Caracterizados por ser movimientos estudiantiles, que representaban una lucha que intentaba reivindicar y cambiar las políticas sociales o lograr hacer presentes sus derechos en lo que respecta a lo educativo, muchas veces influenciados por ideales izquierdistas, representaron sus generaciones como jóvenes interesados por hacer un cambio en su entorno.
Movimientos como lo fueron los hippies o los estudiantes del IPN y de la UNAM en el 68’ nos demuestran el poder de impacto que tiene la juventud y sus opiniones en la política. El comportamiento colectivo de los jóvenes, definido generalmente, tiene importantes efectos sobre la cultura de las sociedades y las transformaciones de los valores y costumbres.
Cada uno de los movimientos ha tenido diferentes impactos, luchando por ideales pacifistas, o de reformas a los sistemas han ido gestando una concepción del mundo cada vez más liberal integrando cada uno de los aspectos por los que los movimientos juveniles han luchado a lo largo de la historia.
Hemos ampliado nuestro criterio y nuestras opiniones hacia temas como la sexualidad y cada día es menos la gente con creencias conservadoras hacia éstas situaciones. Integramos a lo que consideramos aceptable el uso de anticonceptivos, y cada día se juzga menos el hecho de tener sexo pre-marital. Las diferencias de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres se van encaminando hacia un camino de igualdad y la mayoría lo aceptamos con naturalidad.
Lo que me lleva a cuestionar, si el problema de la apatía generacional, se debe a que la juventud actual se encuentra conforme y cómoda con su situación o si es el caso en el que hemos alcanzado un punto en el que ya no hay nada por qué luchar para trazar una realidad más prometedora.
La juventud actual está caracterizada por ser cada día más inactiva y carecer de opiniones en lo que respecta a la injusticia social. Nos encontramos con la realidad de que los jóvenes de hoy en día vivimos las comodidades de una vida consumista y con las libertades necesarias para pasar toda la vida sin quejarnos de absolutamente nada.
Es cada día más común que los adolescentes vivan una realidad desconectada de lo que los rodea, sin jamás notar el hecho de que hay mucho más allá de nuestro cómodo entorno. No existe una opinión política fuerte o si quiera un conocimiento de los sucesos políticos que nos afectan.
Ésta realidad creada por un mundo de confort para el joven, quién no tiene que preocuparse por luchar por sus derechos, porque cree que lo que se le ha dado ya es suficiente, y tal vez lo es, pero no lo aprovecha. Los seres humanos tendemos a restar valor a las cosas que no nos han costado trabajo, cuando todo se nos ha dado sin esfuerzo, no vemos el real valor de las cosas, y lo desaprovechamos.
Las generaciones pasadas al notar que sus derechos estaban siendo aplastados, que sus opiniones políticas eran reprimidas, no se quedaban esperando a que las cosas cambiaran por intervención divina, sino que tomaban cartas en el asunto y luchaban por lo que creían que era justo.
La clase media juega un papel importante en los movimientos juveniles ya que representa al sector poblacional que tiene acceso a educación y por tanto al conocimiento de otras realidades. El conocer y entender realidades diferentes a la propia, siempre despierta en el ser humano, o en éste caso en el joven, un sentimiento de inconformidad al saber que existen otras alternativas para la vida.
La sociedad capitalista actual satura al joven de imágenes, lo sabotea con seducciones hedonistas por lo que le imposibilita el desarrollo de éste sentimiento de inconformidad, porque en teoría, el joven está conforme con la realidad que vive. El motivo de esto es porque no necesita de buscar la comodidad o el placer, sino que se le entrega en la palma de su mano. Y es así como el no pensar, se convierte en la regla, no en la excepción.
Las lecturas de los jóvenes se reducen a revistas de moda o de autos, cuando en décadas pasadas nos encontrábamos con que en las preparatorias se leía El Capital de Marx, y se tenía por máxima un pensamiento político y una postura social que defendía a los trabajadores. Hoy, nos encontramos con una apatía por el trabajo y nos da igual si bajan el salario mínimo. Esto nos lleva a una pérdida de objetivos y metas característicos de la juventud, al menos desde un punto de vista histórico. Hemos perdido la capacidad de analizar cual es nuestro papel en la sociedad.
Entonces entra el dilema ético de la libertad. Los jóvenes actuales son libres de elegir la actitud que deseen ante las problemáticas y las situaciones actuales. Pero ¿en realidad ejercen su libertad? O es simplemente una aceptación de algo que ya ha sido diseñado para mantenernos en una actitud indiferente, y dejar que la historia siga su curso sin realmente intervenir para forjar una realidad más sólida para el futuro que tenemos en nuestras manos.
No se puede culpar a la desinformación ya que con los adelantos tecnológicos y los avances en las comunicaciones tenemos toda la información existente a nuestro alcance y sin el menor esfuerzo.
Pero entonces si la juventud es consciente de los problemas actuales, ¿Cómo es posible que no reaccione ante ellos? Históricamente la juventud ha demostrado tener el poder de hacer cambios significativos a la sociedad y de modificar las realidades que se viven.
La actitud revolucionaria, a la que hago alusión a lo largo de éste ensayo se refiere precisamente a eso, a la lucha constante y consciente en busca de un cambio necesario para la sociedad, representado por los jóvenes, que somos quienes determinaremos el curso de la humanidad en un futuro próximo.
La importancia de la presencia de ésta actitud en el joven (sobre todo en el de clase media) se resume a formar políticos conscientes de situaciones reales de marginación para estructurar así un mejor sistema social y económico para próximas generaciones, empresarios comprometidos con una labor de implementar mejores condiciones de trabajo para las clases menos favorecidas, o buscar una igualdad de clases en la que se es consciente de que tener más de lo necesario significa que alguien tiene menos de lo necesario.
Es por eso que invito, a hacer conciencia de la importancia de esa actitud de inconformidad, de lucha por el cambio, porque todos somos conscientes de que la realidad puede, y tiene que mejorar. Y qué mejor que hacerlo nosotros, los jóvenes, que tenemos el poder de hacerlo.
Las condiciones de vida actual son todo menos justas, y aunque nos sea difícil ver más allá de ese mundo de confort, es nuestro deber el buscar que la situación mejore para todos. En nosotros se encuentran las inquietudes esenciales para lograr cambios significativos en nuestras sociedades, por tanto las capacidades de la juventud son ilimitadas, y dejar de creer en nosotros mismos, sería resignarnos a un futuro fatal, con las mismas, o tal vez peores condiciones que el presente.

jueves, 26 de marzo de 2009

Viaje a Guanajuato

Viaje a Guanajuato

Bueno, éste productivo trabajo es una redacción de mi viaje a Guanajuato para exponer sus más interesantes puntos y los hechos sobresalientes.

Blah. Qué falso.

Primero; después de un tortuosísimo camino compartiendo asiento con una amiga y una barbie; gracias a que las antes mencionadas barbies llegaron tarde y se nos coló una al asiento porque todas tenían que estar juntas, soportando el olor a plástico quemado mezclado con spray de pelo barato porque las muchachas tenían calor, escuchando detalle a detalle el futuro de la relación de Jorgito y Claudia, y recibiendo mil consejos de cómo me podría peinar las rastas porque se les hace medio feo el nudo de mi pelo, llegamos a nuestro primer destino que era el templo de San Cayetano.

Honestamente la encuentro el templo más kitsch del mundo. Bueno, no creo que le gane a San Juan. Empate pues.

¿Necesita información sobre lo kitsch? Es importante que sepa lo que es porque, sino el punto de mi comentario es completamente malentendido.

Ahí va una pequeña referencia: se origina del término alemán yidis etwas verkitschen. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto.

A mi, me gusta lo kitsch. Así que dé por seguro que me encantó el templo. El guía nos contó un montón de cositas interesantes. Como por ejemplo cuanto oro había ahí. Y estoy segura que todas las personas presentes se preguntaron porqué estaba tan fea el templo. Bueno, no fea. Kitsch.

En fin, después de laarga explicación del cómo se construyó aquél santuario al mal gusto, partimos hacia el museo de la Inquisición.

Extensa cuadra y media recorrida para llegar ahí, bajo el sol y el impetuoso calor, llegamos a refugiarnos del fulgor del sol al humilde museo de la Santa Inquisición. Ah, que lugar tan poético. Con estar dentro de él treinta segundos, te invadía el delicioso sentimiento de la claustrofobia.

Dimos el recorrido en lo que dulcemente pareció una eternidad, con la agradable narración de nuestro guía. Chistes adorables los de él; hizo una variedad de cómicas bromas con temas como: -“¿Quién quiere subirse a la cama de clavos? o ¿Quién me ayuda a romperle todas las extremidades a Ariadna?”

Esos momentos que perpetúan tu memoria con el agridulce recuerdo de las risas cínicas de esos momentos. Vaya, ¡yo si me sentía en convención de masoquistas!

Después de esa adorable visita, y una glamorosa sesión de fotos en las hogueras y las horcas, nos dirigimos ahora, a la fabulosa mina “La Valenciana”.

Irónico nombre, para la visita a Guanajuato.
Chiste local. Bueno, ni tanto. Pregúntele a los del camión.

Total que llegamos y me hicieron amablemente apagar mi cigarro en la entrada, y al entrar me atacó una revuelta de barbies escogiendo colores de “sombreritos” para entrar a la mina.

Que yo el azul, que yo el naranja.

Vaya caos.

Total después de la turba, seguí mi camino apesadumbrada aún por la lucha intensa recién vivida, mientras platicaba con algún alumno a quién probablemente no le puse mucha atención ya que no recuerdo quien era.

Avanzamos con un paso de lechón hacia el matadero. Lo bueno, es que no hacía calor adentro.

Bajamos los que creo fueron alrededor de 65 escalones sólo para ver que habían tapado la mina y que nuestro ritmo cardiaco se acelerara lo más posible, por diversión. Creo.

Luego subimos los interminables y empinados 65 escalones de la muerte, y llegamos con el guía clásico que se sabe el speech de memoire, pero si lo paras a la mitad tiene que empezar desde el principio.

Saliendo creo fuimos a una tiendita y me compré una refrescante paleta de fresa.

Regresamos al camión, y nos llevó hasta el centro. Llegamos directito a la Alhóndiga de Granaditas. Museo fabuloso, crucial para la Independencia y eso.

Choro, choro, más choro.

Salimos y que a la uni y que al teatro Juárez.

Y que total somos libres para ir a comer.

Eso hicimos, fuimos a un lugar a comer pasta en dónde al principio se portaron fabuloso y cuando a Germán se le ocurrió reclamar porque le llevaron pasta Bolognesa y no cuatro quesos, se pusieron un poco malhumorados.

Anécdotas mil, de que las hermanas de la niña Japón estaban al lado, y que el gordito se le sale un eructo y nos dice “Excuse me”.

Fuimos, compramos cigarros y nos deshicimos de Germán y terminamos pidiendo dos cubetas de cerveza en cierto barecito.

Después nos encontramos con el hecho de que ya era hora de encontrarnos con los directivos y coordinadores del adorable viajecito para dirigirnos a la callejoneada.

¡Ambiente con el que nos encontramos! Todos a voz fulgurosa entonando a uno: “Amadeo para coordinador”

Otro de esos momentos para perpetuar.

Fuimos a comprar un par de botellitas de un exquisito líquido color ámbar, con olor seductor y deslumbrante al gusto.

Callejoneada pues.

FIN

(Los eventos posteriores a éste punto en la historia son increíblemente borrosos y confusos, y en veces hasta me duele la cabeza de intentar recordarlos. Sobre todo al siguiente día.)

*Ésta redacción fue inicialmente hecha para ser presentada como mi trabajo para entregar en la materia de Panorama como mi reporte del viaje a guanajuato.


lunes, 10 de noviembre de 2008

Post desde clase de ecología

lunes... tal parece que fui la única del salón que no fue ayer a ver a
joan sebastian EIUG
yo ayer fui feliz bailando mientras veía a alika
pero hoy es cuando me pesa eso de llegar sin bañarme, con el olor
chairo y el cabello con piojos que me regalaron ayer con sus cabezazos
los de sobredosis.

Creo tengo que poner atención, están hablando de bambi.

martes, 4 de noviembre de 2008

post desde la escuela

prrr tarde como dos clases configurando mi blogger mobile porque quería postear
y ahora que puedo ya no quiero escribir
pero ahora que podré hacerlo en clases juro será más frecuente :)

martes, 7 de octubre de 2008

.

Entrada corta, antes de que llegue doña martha a reclamar su computadora.
Me siento otra. En estos últimos meses un tornado de acontecimientos me han hecho afinar mis sentidos y me siento cada día más plena.

Pregunta
¿Eres felíz?

martes, 30 de septiembre de 2008

Cómo es que te vas Salvador de la compañía si todavía hay mucho verdor

Hoy escribo. Nomás porque tenía ganas. Me desanimé porque en las últimas entradas dije, chale que pirada estás mars. Aparte nadie lo lee, pero bueno algún día le diré a toda la gente que me ve raro por escribir en clases: así de ahh claro güei, chida tu casa de campestre, a ver si luego te invito a mi casa en grecia a que veas mi premio Nobel de literatura.
Sigue soñando.

Canto enérgicamente como por veinteaba vez en el día la de café tacuba de trópico de cáncer. Pero creo que jamás me cansaré de escuchar a esos muchachos con tanto talento y tan poco sex-appeal.
Mierda, ya desconfío de mi ortografía. Pero con eso de que ya se me va el tiempo en cosas como ir al centro y ya solo encuentro tiempo para leer cuando voy en el urbano.

Qué deprimente, pero pues ya le estoy dando una mejor planeación a mi día, en la cuál también creo incluiré esto de escribir en el blog. Resulta que me despejo.

Gimnasio a la chingada hoy, estoy triste y enferma, y no tengo ni poquitas ganas de que las cuarentonas bien buenas estén viendo que nomás me hago pendeja y ni puedo correr, ni al oxxo creo yo, y eso que hay uno en cada esquina, creo quieren construir uno ya dentro de mi casa.

En fin, escribiré más seguido. Hasta lo haré un hábito. Quien quita y de ésto termino comiendo un día. No me parecería nada mal. Aunque lo que alcanzaría a comer de éste trabajo serían puros gansitos.
Y qué?
Me gustan los gansitos :)

miércoles, 5 de marzo de 2008

Here, here.


Uf, no sé que escribir la neta.

Me duele la pierna cabróoon.

Me siento tan.. plena ahora que subí mi promedio :)

Se siente padre :)

Como que quiero hacer cosas. (Vamos bien eh! Centradísimo el tema Mars!)

Jajaja, esque, me enojé con mi mamá porque no me deja hacer yoga :(

Dice que me van a meter en ondas hippies, y me van a hacer coco-wash y que de un dia para otro voy a terminar en las protestas del peje, super junkie, viviendo en unión libre con god-knows-who, y me voy a hacer budista. ¿Y quéeee?!

A mi me gusta. Jajajaja, me creo todas menos las del peje. Chance una protesta así anti-guerra.

O afuera de los toros.

Ahí si no le pienso dos veces.

Pero que pijas tiene que ver el Yoga con mis ya definidas aspiraciones?

De todos modos voy a terminar siendo eso.

Si no me deja, de todos modos en cuanto pueda me voy a meter :)


En ésta semana, en teatro ayer de hecho; que ni hicimos nada, fué puro debraye; nos pusimos a discutir muuuuchas cosas.

Jajajaja ninguna de éstas me dejó pensando, creo porque todo eso de crisis existencialistas, la mayoría ya las pasé; pero pss los mefefos éstos que van a la escuela conmigo apenas están descubriendo que pueden pensar OMG.


Chaz, dirán que soy una viejita, pero luego le sigo, porque, ya son las 8 :S

Y quiero dormirme a las 9, así que si quiero hacerlo, ps me retiro desde éstos mismísimos momentos.



Au revoir





PS (everyone): les dejo un dibujillo de algo que hice en clases.
Enjoy